Durante la infancia se deben realizar revisiones preventivas. Antes de los 40 años se debe acudir a una revisión completa cada 3 a 5 años. Entre los 40 y los 65 años, una vez cada dos años. Después de los 65 años las revisiones deben ser más seguidas, para diagnosticar enfermedades oculares como las cataratas, el glaucoma y la degeneración macular.
En caso de lesiones en los ojos o párpados, cambios bruscos en la visión, dolores de cabeza persistentes, hacer de inmediato una cita.